La leishmaniasis sigue siendo una de las enfermedades más olvidadas en el mundo, afectando principalmente a personas pobres de países subdesarrollados. Anualmente se reportan alrededor de 2 millones de nuevos casos y existen alrededor de 350 millones de personas en riesgo de contraerla en todo el mundo. En Colombia la forma clínica de mayor prevalencia y distribución geográfica es la cutánea la cual abarca del 95 al 98 por ciento de los casos registrados en el territorio nacional. Actualmente los tratamientos farmacológicos de primera elección para esta enfermedad son los antimoniales pentavalentes (antimoniato de meglumina y estibloguconato de sodio), miltefosina, pentamidina, paromomicina y anfotericina B todos ellos vinculados con elevados efectos tóxicos y altas de tasas de resistencia por parte de los parásitos en la mayoría de las zonas endémicas. Por lo que resulta de suma importancia la búsqueda e identificación de nuevas moléculas promisorias derivadas de productos naturales, para el desarrollo de nuevos agentes terapéuticos para esta enfermedad.