Durante varias décadas, Colombia, a través de Colciencias, ha aprendido a hacer política científica y tecnológica, ha trazado rumbos, ha escrito políticas, planes y cartas de navegación, ha elaborado y puesto en práctica estrategias, ha financiado proyectos y diseñado múltiples mecanismos de apoyo, ha promovido, creado y liquidado organizaciones, ha aprobado leyes de fomento y normas que las desarrollan, se han convocado múltiples organizaciones y, de manera exitosa, se han desarrollado diversas formas de cooperación, articulación y asociación, es decir, ha construido una institucionalidad. Sin embargo, el país no ha sido exitoso en lograr que las fuerzas sociales, aquellas que marcan las prioridades del país, entiendan la importancia de la ciencia, la tecnología y la innovación -CTI- para la vida del país, que comprendan las implicaciones de la inacción o de una acción pobre que se traduce en impactos muy pequeños frente a los complejos retos que se tienen en los ámbitos económico, social, político y cultural. Es importante destacar que con el fin de cambiar esta situación, el actual gobierno tomó la decisión de duplicar el presupuesto de Colciencias para el año 2008 y se propone en el plan nacional de desarrollo "Estado comunitario: Desarrollo para todos", la meta de llegar al 1% del PIE en el año 2010 en la inversión nacional en CTI