El autor, remontándose a la época colonial, conduce al lector, a conocer, en forma amplia y detallada, el desa"ollo que ha tenido en nuestro país la producción metalúrgica y sus múltiples aplicaciones industriales. Para mayor ilustración inicia el recuento histórico hablando sobre la producción que, a mediados del siglo XIX, tuvo el hierro en lnglaterra otros pa(ses europeos y los Estados Unidos precisando cómo con la llegada de qufmicos e ingenieros europeos a la Nueva Granada, con posterioridad a las gue"as de independencia, se dan los pasos iniciales para la creación, intensificación y tecnificación de la industria de la metalurgia y de las cuatro ferrerías fundadas en el pafs -Pacho, Samacá, La Pradera y Amagá. Con la primera de éstas creada por iniciativa del ingeniero Jacobo Wiesner se inicia, en 1824, el desa"ollo de la siderurgia en Colombia. En el escrito se observa la gran importancia que tuvieron las ferrerías para la economfa del pa(s y sobre la utilización, por parte de ellas, de una tecnología compleja, muy actualizada en su época, ya que incluía los más recientes adelantos técnicos y científicos. Se anota en él que aunque las ferrerías eran dirigidas por técnicos extranjeros calificados, ingenieros de escuela o prácticos empíricos, de ellos aprendieron nuestros ingenieros civiles y de minas, especialmente los antioqueños, varios saberes y actividades técnicas relacionadas con la explotación de minas de veta de metales preciosos. También se indican las diferentes escuelas que se crearon para difundir las técnicas mecánicas y metalúrgicas y de las cuales sus egresados influyeron para la formación y mejoramiento de los talleres que se fundaron, realizaciones que demuestran el interés tanto meta/mecánico como metalúrgico que se tenía en el siglo XIX. A su vez se señla cómo a partir de la década del treinta, con la creación de siderúrgicas, el país entraba a una nueva forma de industrialización y desarrollo en los campos siderúrgico y meta/mecánico, produciendo avances de mayor significación que las realizadas por las ferrerias en el siglo pasado. Paralelamente a esta expansión y con la creación de Paz del Río, obra que presenta la mayor esperanza y esfuerzo realizado en Colombia, se inauguran procesos técnicos, aparición de equipos desconocidos, se abre el camino para el ejercicio profesional de gran número de ingenieros, en las diferentes ramas y el establecimiento de programas universitarios para la formación de ingenieros metalúrgicos que, en la actualidad, graduados como tales, han contribuido decididamente al desarrollo técnico de este importante sector industrial.