Los modelos institucionales de política científica y tecnológica diseñados en los diferentes países latinoamericanos han presentado características tales que permiten señalar tendencias comunes. En ellos ha dominado un cierto paralelismo entre el marco institucional estatal de política científica y tecnológica y los organismos de política económica y social. La fuerza de los hechos está induciendo, desde hace varios años, a una integración entre los dos esquemas institucionales. En efecto, ciencia y tecnología no son entelequias con vida propia e independiente de los procesos económicos y sociales de una comunidad nacional. Por lo mismo, la política de ciencia y tecnología que pretenda alguna repercusión sobre la sociedad deberá ir de la mano con la política económica y social. De aquí deriva una revisión de los modelos institucionales en acto y la emergencia de modelos más integrados con las instancias institucionales para la política estatal en el campo económico y social. Para ello se hace necesaria una acción en contra de naturales rigideces institucionales que, por otra parte, ponen de manifiesto una vez más carencias estructurales que están a la base de la ineficiencia y del paquidermismo ele nuestros aparatos estatales. Resulta interesante conocer los planteamientos que sobre este tema ofrece Manuel Marí, Asesor del Departamento de Asuntos Científicos y Tecnológicos de la Organización de Estados Americanos, planteamientos que, valga la glosa, comprometen exclusivamente a su autor.