El nuevo orden económico internacional, caracterizado por la emergencia de un sistema tripolar (países desarrollados, países petroleros y países subdesarrollados no petroleros'), demanda, para su plena vigencia, un nuevo orden tecnológico. Si bien el nuevo orden económico se desenvuelve compartiendo y vinculando el capital y los mercados y podría desembocar en la industrialización mundial, no conduce a romper la dependencia tecnológica, sino a reforzarla. En la medida en que la tecnología no es un factor compartido, se crea la .paradoja de un nuevo orden económico y un viejo orden tecnológico. Identifica el estudio un período de quince a veinte años, durante el cual se perfeccionarían nuevas tecnologías energéticas y se mejoraría la capacidad de negociación de los países menos desarrollados, como base para la conformación del nuevo orden tecnológico. El autor es enfático: el plazo es corto y no conviene perder una oportunidad histórica. Se reproduce este artículo, inicialmente publicado en la. Revista "Estudios Internacionales" No. 32 - 1975, dada la pertinencia del mismo en el marco de la Conferencia Mundial y como homenaje póstumo a Máximo Halty Carrere de labor pionera y meritoria en el campo de la Política Científica y Tecnológica.